La miel de encina combate la anemia, la diarrea crónica y las hemorroides.
La miel de brezo es buena contra la anemia, el reumatismo, las enfermedades del corazón, de las vías urinarias y del riñón.
La miel de mil flores aumenta la energía y las fuerzas físicas. Muy digestiva, sustituye al azúcar en algunas dietas.
La miel de romero estimula el funcionamiento del hígado y previene la úlcera de estómago y duodeno.
La miel de eucalipto es recomendable contra los cólicos nefríticos y síndromes respiratorios.
La miel de azahar es relajante, eficaz contra el insomnio y alteraciones nerviosas.
La miel de tomillo estimula el funcionamiento de los sistemas nervioso y circulatorio, facilita la digestión y la eliminación de orina. También se usa como antiséptico.